Adios a Sorolla en el Prado


Hay tantos estudios realizados sobre Sorolla (Valencia 1863 – Cercedilla 1923), como historiadores del Arte, obviando por instantes la respetable historiografía, la mejor forma de conocer a Sorolla, es contemplarlo hoy directamente en el Museo del Prado, en la pinacoteca que él tanto respetó y admiró durante su vida.



Hasta ayer pudimos disfrutar de Sorolla en el Museo del Prado y conocer las obras más representativas en una exposición antológica con un total de 102 lienzos, obras de colección privada, obras procedentes de los fondos del Prado, de la Casa Museo del pintor y sobre todo el Sorolla más esperado, el conjunto íntegro de los famosos paneles de Visión de España, procedentes de la Hispanic Society of America, la puesta en escena de la sala C, y la disposición museográfica de los 70 metros de pintura lineal, resulta insuperable.



La exposición recorre cronológicamente la obra de Joaquín Sorolla, del período de formación en Valencia, podemos apreciar El Palleter declarando la guerra a Napoleón (1884), Sorolla demuestra una gran habilidad para esculpir personajes, trabajar contraluces, en esta obra se preparó a conciencia, el esfuerzo mereció la pena, con este lienzo obtuvo el anhelado pensionado en Roma, permaneciendo allí hasta 1889.




Triste Herencia (1899), marca el triunfo de Sorolla, con esta obra ganó el Gran Prix en 1900, comienza así su etapa de Culminación, se vuelve un pintor cosmopolita, viaja frecuentemente a Europa, conocedor de vanguardias, coqueteó con los estilos que triunfaban en el panorama europeo, pero no perteneció a ninguno de ellos, su estilo es inconfundible.



La exposición permite recorrer todos los géneros de Sorolla, temática histórica, realismo social, costumbrismo valenciano, resulta muy interesante poder disfrutar de tres géneros no tan conocidos en su obra: Desnudo de mujer (1902), Paisajes y algunos de sus mejores retratos como Benito Pérez Galdós (1894), Antonio García en la playa del Cabañal (1909), Echegaray (1906), Ramón y Cajal (1904). Los retratos familiares también ocupan un lugar importante en la exposición, se percibe la importancia que tuvo la familia en la vida y obra de Sorolla, destacan obras como Madre (1895), María Clotilde (1900), La Familia (1901) y Mis Hijos (1904).



A partir de 1906, comienzan sus éxitos internacionales, ese mismo año tuvo lugar su exposición en París, en 1907 Berlín, en 1908 Londres, en 1909 Nueva York, Buffalo y Boston, y finalmente en 1911, Saint Louis y de nuevo Nueva York.




Gracias al éxito rotundo que obtuvo en 1909 en Estados Unidos, el hispanista Sir Archer Huntington, le encomendó su gran trabajo Visión de España, para algunos su obra maestra, la idea reconocible de la España de principios del siglo XX. En estos catorce paneles que se exponen hoy en Prado, podemos apreciar el costumbrismo español, la historia, la vida, el color y el “jaleo” de las Regiones de España.



El descubrimiento de lo español estaba reservado a Sorolla, se aprecian en los paneles aspectos como El Pueblo, el Paisaje y los Monumentos, todas las obras tratadas con frescura, con trazos del natural, el deseo de cohesión artística convive con la improvisación. Desde que Sorolla firmó el contrato con Huntington, el 26 de noviembre de 1911, Sorolla se encargó de todo, durante los viajes que llevó a cabo por la Península, compraba los trajes regionales, compraba las postales, la cerámica, alquilaba las viviendas en donde pintaba a los personajes que aparecen en sus paneles, a los retratados que él mismo entrevistaba. Sorolla se enfrentó a la climatología, y a otros fenómenos adversos, tenía que entregar el trabajo en un período máximo de cinco años,



finalmente tardó siete, para llevar a cabo un proceso tan laborioso y complejo, tuvo que emplear un sistema de trabajo rápido y eficaz, potencialmente creador. Comenzó a recorrer el país en marzo de 1912, terminó en 1919.






Para comprender y admirar más el conjunto de los catorce Paneles de la Hispanic Society, recomendamos a los apasionados de Sorolla, que visiten la exposición: “SOROLLA Y SU IDEA DE ESPAÑA. ESTUDIOS PREPARATORIOS PARA LA HISPANIC SOCIETY OF AMERICA”, en el Museo Sorolla de Madrid, quizá en estos días no esté teniendo tanta repercusión mediática como la del Prado, pero resulta fundamental para comprender la obra de Visión de España, la exposición podemos verla hasta el 13 de septiembre, en la madrileña calle de General Martínez Campos, 37, muy cerca del Museo del Prado.



La muestra se compone de treinta y tres óleos, se percibe en ellos la idea que el pintor desea transmitir de su país, se identifica con las corrientes institucionalistas de la nación, con los intelectuales reformistas. Se aprecia en estos dibujos como se va acercando Sorolla a lo pintoresco. Por otra parte, esta exposición nos brinda de nuevo la oportunidad de conocer su estudio y vivienda particular de Sorolla, casa que encargó a partir de 1909 a Enrique Mª de Repullés y Vargas, el propio pintor diseñó los jardines de la casa palacete. Los dos primeros jardines son de inspiración andaluza, el primero dedicado al Jardín de Troya o Laberinto de los Reales Alcázares de Sevilla, el jardín acoge al despistado visitante, que al entrar perplejo mira asombrado, nadie hubiera imaginado que en Madrid podría existir semejante vergel, el segundo jardín inspirado en el Jardín de la acequia del Generalife de Granada y el tercero aporta dos elementos ornamentales, la pérgola italiana y la alberca sevillana, en este lugar tan bello, frente a la Fuente de las Confidencias, comencé a preparar la exposición de Sorolla, después de explicarla y visitarla tantas veces, sigo teniendo el síndrome de Sthendal, no es un tópico, la exposición antología sobre Sorolla es inabarcable, un pintor sin etiquetas, un pintor distinto. Una biografía muy intensa, la exposición es museográficamente bella, de lo mejor que hemos visto en los últimos tiempos.